En el post anterior hablamos sobre Parálisis Cerebral Infantil, su incidencia y clasificación. Ahora veremos los criterios de diagnóstico, pronóstico de vida y tratamientos para la Parálisis Cerebral Infantil.
La parálisis cerebral infantil se diagnostica en primera instancia en bebés con situaciones de riesgo para contraer parálisis cerebral infantil, por ejemplo, cuando la madre tuvo infecciones graves (como rubeola) durante el embarazo, hemorragias vaginales severas o intolerancias por RH (cuando la mujer tiene un RH negativo); así mismo cuando el parto fue prematuro o se presentaron complicaciones graves durante éste que causaran sufrimiento o dolor al bebé. Para diagnosticar Parálisis Cerebral Infantil hay que tomar en cuenta:
El tono muscular.- Es el estado de contracción parcial en el que se encuentran los músculos, su importancia es vital en el desarrollo psicomotriz del ser humano pues permite la alimentación (movimientos de masticación y succión), la comunicación (habla, movimientos gestuales), marcha, postura, coordinación de los movimientos ojo-mano y ojo-piernas, la lectoescritura y el aprendizaje. Las alteraciones al tono muscular son hipertonía (aumento en el tono muscular, causa rigidez muscular, resistencia muscular exagerada y marcha en puntillas o tijeras) e hipotonía (disminución en el tono muscular, causa flacidez, falta de movimiento o movimientos desordenados) ambas alteraciones pueden interferir con el aprendizaje, lenguaje y habilidades sociales.
Los reflejos.- Los llamados reflejos primitivos o primarios son reflejos innatos en el infante, le ayudan a su supervivencia y desarrollo, suelen desaparecer entre los seis y doce meses de edad; sin embargo su persistencia puede ser una señal de alarma de que el desarrollo es inadecuado o está siendo interrumpido.
Desarrollo psicomotriz y cognitivo.- El desarrollo normal de un niño debe implicar movimientos que van de la mano con la edad física del niño, por ejemplo la capacidad para sentarse solo, de alcanzar juguetes u objetos deseados, las primeras palabras, alimentarse solo, etc. El retraso en el desarrollo psicomotriz se toma en cuenta para el diagnóstico de Parálisis Cerebral Infantil a partir de los 12 meses de edad.
Cuando hay sospecha de Parálisis Cerebral Infantil, el médico debe realizar pruebas de diagnóstico como resonancias magnéticas o tomografías computadas. Estas pruebas además de brindar un diagnóstico certero y confiable ayudarán a conocer la región cerebral donde se localiza la lesión que causó Parálisis Cerebral Infantil.
Pronóstico
Los niños con Parálisis Cerebral Infantil suelen sufrir algún tipo de discapacidad física y cognitiva así como padecer problemas médicos como convulsiones, trastornos del habla, visuales y auditivos; reflujo gastroesofágico, deterioro dental, babeo, alteraciones del sueño, osteoporosis.
El nivel más elevado de discapacidad se verá influenciado en gran medida si existen problemas de retraso mental sobre todo cuando este es severo. Sin embargo, muchos niños con Parálisis Cerebral Infantil tienen un leve deterioro en sus habilidades motoras.
Aproximadamente el 90% de los niños con parálisis cerebral sobrevive hasta los 20 años de edad; sin embargo los números disminuyen cuando existe la presencia de retraso mental severo y cuadriplejia (parálisis en las cuatro extremidades) acercándose al 70% de personas que llegan a los 20 años. Los trastornos respiratorios como la obstrucción de las vías aéreas superiores o neumonía suelen ser las causas de muerte precoz para estos pequeños.
Tratamiento de la Parálisis Cerebral Infantil
Cabe mencionar que no existe una cura para la Parálisis Cerebral Infantil, sin embargo existe una gran variedad de tratamientos para alargar la vida de estos pequeños ayudándoles al mismo tiempo a desarrollar su potencial al máximo. El mejor comienzo para el tratamiento es inmediatamente después del diagnóstico.
Las terapias física, ocupacional y del lenguaje acompañarán al paciente durante la mayor parte de su vida, las tres en conjunto están destinadas a mejorar la falta de movimiento, rigidez, aprendizaje, focalización en los objetos, etc., para conseguir la autonomía del niño en el mayor grado posible.
Los tratamientos médicos consisten en su mayoría de anti convulsivantes para reducir las convulsiones epilépticas, relajantes musculares para disminuir la rigidez, temblores y espasticidad. Como tratamiento para el tono muscular se ha implementado el uso de la Toxina Botulínica Tipo A, al mejorar el tono muscular se pueden observar mejorías en la postura, limita el riesgo de contracturas y a largo plazo evita la cirugía ortopédica.
En ocasiones, la cirugía es inevitable ya que los niños con Parálisis Cerebral Infantil en la forma espástica son más propensos a dislocaciones de la cadera y escoliosis cervical (curvatura de la columna). Existen también cirugías que reducen las posibilidades de deformaciones en las articulaciones como la tenotomía y la fibrotomía.
Recuerde que para ver resultados positivos en el niño es necesario contar con un equipo formado por médico, psicólogo, enfermera, terapeuta, educador y, principalmente con el amor de la familia, mucha paciencia y apoyo incondicional al pequeño.
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