El puerperio es el periodo que sigue inmediatamente después del parto, es conocido como “cuarentena” pues abarca de 6 a 8 semanas en las que el cuerpo materno vuelve poco a poco a las condiciones hormonales y reproductivas anteriores a la gestación. El puerperio abarca también las 2 primeras horas después del parto conocidas como posparto.
El puerperio es un periodo muy importante pues es cuando aparecen los factores que lideran las causas principales de mortalidad materna como las hemorragias posparto. El enfoque principal de cuidado durante el puerperio se trata de asegurar que la madre tenga una salud física y emocional adecuada para cuidar de su pequeño recién nacido, con la información suficiente para realizar la lactancia materna natural o artificial, prepararse para la planificación familiar y salud reproductiva y ajustar su vida al recién nacido quien, a su vez pasa por un periodo de adaptación extrauterina en el que requiere todo el cuidado y atención de las personas que le rodean.
Cambios físicos durante el puerperio
La eliminación del agua almacenada en los tejidos durante el embarazo es eliminada durante las primeras semanas del puerperio, en este periodo aumenta la producción de orina y sudor por los cuales se pierde cerca de dos litros de líquido. Es importante mantener vigilada la vejiga para prevenir infecciones o detectar retención de líquidos que causen estreñimiento y hemorroides. El estómago y el intestino se dilatan por lo que puede haber una disminución en la función digestiva que puede ocasionar estreñimiento.
Aunada a la pérdida de líquido está la pérdida de sangre conocida como loquios, que suele ser mayor cuando el parto fue natural pues es el medio por el que el cuerpo elimina naturalmente los restos de tejido de las paredes uterinas. Los primeros días el sangrado es espeso, abundante y de color rojo oscuro y con el paso de los días irá disminuyendo en cantidad y en color hasta que solo quede un flujo amarillo o blancuzco. El sangrado puede durar de algunos días a varias semanas; se recomienda no utilizar tampones para evitar infecciones.
La eliminación de líquidos y de sangre en conjunto con la lactancia ayuda a la disminución de peso en la mujer hasta en un 12%.
Cambios en el aparato circulatorio
La frecuencia cardiaca que había aumentado durante el parto regresa a su estado normal. Al tercer o cuarto día se puede presentar un aumento en la temperatura corporal debido a una elevación del metabolismo mamario conocido como la “bajada de la leche”, este aumento no debe durar más de 24 horas.
Después del parto puede haber momentos de escalofríos que en ocasiones son intensos y duran varios minutos o pueden ser fugaces y desaparecer enseguida.
Cambios hormonales
Los niveles de estrógenos y progesterona vuelven a la normalidad después de 5 o 6 días, la gonadotropina coriónica humana desparece de la sangre y de la orina en el mismo periodo, estas hormonas se encargan de mantener el embarazo y proteger al feto hasta el momento del parto.
Después del parto la hipófisis secreta una notable cantidad de prolactina para estimular la producción de leche en la madre, la cantidad que el cuerpo produce la determina en gran medida el apetito y necesidades del lactante pues al estimular el pezón se irá produciendo la leche necesaria para satisfacerlo.
Cambios en la piel
El volumen del abdomen disminuye drásticamente, lo que provoca flacidez en la piel y pliegues conocidos como estrías. En algunas ocasiones, debido al aumento en la sudoración puede haber irritaciones cutáneas.
Cambios en el útero
El útero que había aumentado casi 40 veces su tamaño normal vuelve a su tamaño natural. Después del parto el fondo del útero sube al nivel del ombligo para volver a su posición normal en unos cuantos días.
Los restos de tejido de las fibras musculares formadas durante el embarazo desaparecen por medio de la orina y de la sangre, la placenta al separarse crea una llaga en la cavidad uterina en la que hay coágulos de sangre que se eliminan en 2 o 3 días.
El sistema hormonal vuelve gradualmente a la normalidad permitiendo una nueva ovulación, en las mujeres que no amamantan puede regresar unos 40 días después del parto y en las mujeres que amamantan se puede presentar amenorrea durante el periodo que dure la lactancia. Sin embargo es indispensable llevar un control de la natalidad adecuado para evitar volver a embarazarse pronto.