En el marco de la semana del maestro queremos hablar sobre los puntos clave para una educación con afecto al que los niños son mucho más receptivos, ya que un trato frío y mecánico por parte de los maestros no sólo ocasiona un desarrollo educativo lento sino que es poco sólido.
Pero ¿Cómo conseguir una educación con afecto? Aquí mencionamos 5 puntos clave:
1. Expresar el afecto de forma clara
El afecto no quiere decir que no se llame la atención cuando es necesario, es mantener una convivencia satisfactoria, acercarse a los niños por medio de una comunicación asertiva, en la que se permita que los niños expresen opiniones, dudas y comentarios en un ambiente respetuoso para su educador y compañeros.
2. Reconocimiento de logros y corrección de errores de forma constructiva
Los niños se emocionan cuando sus educadores expresan emoción y satisfacción al verlos avanzar en su desarrollo personal y académico, si presenta errores hágale sugerencias para mejorar pero sin criticarle, regañarlo ni juzgarlo. De esta forma la autoestima del niño es estimulada sabiendo que nadie es perfecto pero que todo logro, aunque sea pequeño es valioso.
3. Escuche siempre y procure darse a entender
Entre los seres humanos siempre hay malentendidos y con los niños no hay excepción. Generalmente escuchamos sólo aquello que queremos o nos conviene escuchar y dejamos que las emociones nos guíen, principalmente cuando nos enfrentamos ante una discusión.
Trabajar con niños suele traer un sinfín de discusiones, principalmente entre los pequeños, pero enfrentarse a una discusión con ellos no es algo recomendable, principalmente cuando piden algo poco razonable para el momento. Por ejemplo, los niños suelen pedir dulces, juguetes o descanso muy seguido, en estos casos hay que repetirles lo que expresaron (“Sí, ya sé que quieres un dulce”) y darles una razón por la cual no es posible que lo obtengan (“pero no comeremos dulces antes de la hora de la comida”). Por lo general los niños insisten y hay que repetirles las razones varias veces para que las comprendan como razones y no como imposiciones de adultos.
Brinde al pequeño las indicaciones necesarias para sus actividades sin decirle exactamente cómo tiene que hacerlas o dejarlas de hacer. Hay que confiar en que los niños pueden realizar sus actividades por sí mismos, motivando su creatividad, independencia, imaginación y seguridad en sí mismos.
4. Perseverancia y paciencia
Educar a un niño requiere de mucho afecto y cariño, no es fácil ser paciente con ellos, sin embargo no es conveniente desesperarse y gritarle o reprimirle físicamente por medio de castigos que puedan dañar su integridad física o su salud. Lo mejor es hablarle tranquilamente y explicarle que se puede aprender de los errores y fracasos.
5. Sencillez, tolerancia y ejemplo
Educar con sencillez es una gran virtud pues implica claridad, justicia en los mandatos y en el trato del niño con sus compañeros y respeto.
Educar con el ejemplo es muy importante pues los niños aprenden mucho de las personas que les son significativas, por lo que los adultos son una fuente importante de imitación. Si los niños perciben que las personas que admiran dicen algo y hacen cosas muy diferentes tendrán principios no muy firmes. Una educación con el ejemplo implica cumplir lo que se promete, realizar las mismas actividades que ellos, incluso el trato paciente, asertivo y con apertura a la escucha motiva a que ellos tengan el mismo trato con sus compañeros.
Lo que no hay que hacer:
·Castigos físicos
·Premios a cambio de…
·Chantajes
·Retiro de los privilegios esenciales
Ninguna de estas medidas consigue efectos positivos y duraderos, solo consiguen generar sentimientos negativos, inseguridad y confusión.