Debido a la centralización de los servicios, la ciudad de México se ha caracterizado por concentrar en ella una gran parte de la población del país, lo que inevitablemente la ha convertido en una de las más contaminadas. A pesar de esto, existen aún sitios muy hermosos ubicados cerca de la gran ciudad a los que se puede llevar a los niños para que a la vez que refuercen sus conocimientos aprendan y conozcan más del territorio que habitan.
Tal es el caso de las pirámides de Teotihuacán, cuyo nombre significa “la ciudad de los Dioses”. Estas pirámides fueron construidas por los indígenas mesoamericanos; la historia de esta ciudad se remonta al 600 a.C., pero no estuvo dominada por una sola cultura, sino que la congregación de varias en este vasto territorio logró una gran efervescencia cultural.
Esta ciudad se erige como una de las más importantes de toda Mesoamérica; la pirámide del Sol es la segunda más grande y se encuentra situada en este majestuoso lugar. Junto a esta imponente pirámide se encuentra la de la Luna, la cual está adornada con cabezas de serpiente así como murales que nos dan una idea de la importancia que tuvieron a lo largo de varios siglos, especialmente entre el III y el IV. La pirámide del Sol está construida en honor a Huitzilopochtli (una de las deidades más adoradas al encontrarse asociado al Sol), y la de la Luna a la diosa Chalchiuhtlicue. Pero eso no es todo, sino que también existe un museo en el que se explican todos los monumentos que se encuentran en este lugar, además de que hay otro tipo de actividades recreativas entre las que se encuentra un vuelo en globo desde el cual se puede apreciar la vista del paisaje y de paso se puede admirar la inmensidad de la ciudad de México a la vez que se aprecia el basto territorio que estuvo dominado por los mexicas. Pero este par de pirámides no es todo lo que se puede apreciar en esta zona arqueológica; también existe un gran número de palacios y la calzada de los muertos. Este lugar tuvo su declive alrededor del siglo VIII d.C. De la misma manera se puede encontrar artesanía hecha con obsidiana, jade y madera que dan forma a distintas figuras prehispánicas. Este sitio se encuentra en el municipio de San Juan Teotihuacán, en el Estado de México, al norte de la ciudad y en 1987 fue declarado patrimonio de la Humanidad, por lo que se convertirá en una experiencia inolvidable para los pequeños.
