La orden para los 2 mil 100 elementos de la Policía Federal que custodiaron ayer cerca de 200 instalaciones de la extinta LFC en cinco entidades fue evitar cualquier intento de penetración a los edificios, mediante el uso de gases lacrimógenos, revelaron funcionarios de SSP federal.
La policía se justifica ante esta orden para lanzar gases lacrimógenos contra decenas de miembros del SME, que pacíficamente querían colgar dos banderas rojinegras en las paredes exteriores del almacén de cables subterráneos en la colonia Obrera, en la ciudad de México. Debido a esta acción se desalojaron con muchos inconvenientes a casi 500 menores que estaban en una estancia infantil y una escuela primaria. Todos fueron revisados por equipos médicos y cinco requirieron hospitalización. La SSP federal no dijo nada al respecto Ante la huelga nacional convocado por el gremio de LFC, la SSP federal puso los grupos de vigilancia en cada instalación con lanzagranadas de gas lacrimógeno y equipo antimotines en los estados de Hidalgo, Puebla, México y Morelos, así como en el Distrito Federal.
La policía capitalina desplegó 10 mil 100 agentes, sus elementos no tuvieron ninguna roce ni enfrentamientos con los trabajadores.
Después del mediodía, frente al número 158 de la calle Simón Bolívar, decenas de integrantes del SME se encontraron con la policía, los agentes les lanzaron granadas de gas lacrimógeno, el cual entró a casas y escuelas de los alrededores. Los electricistas se replegaron pero fueron afectados por las granadas de gas
Las educadoras de la Guardería Integra desalojaran a 181 menores; con los medios que podían, llevaron a los niños a un terreno cercano, de donde poco después fueron trasladados a una iglesia para que recibieran atención médica.
La escuela primaria Simón Bolívar envió a las casas a 282 alumnos debido a las condiciones toxicas que reinaba en la vecindad. Muchos menores fueron afectados. El más grave es el bebé Alexis Emiliano Hernández Saldaña, de dos meses, quien dormía en su casa que se localiza justo enfrente de las instalaciones de LFC.
El niño sigue internado en el Hospital Pediátrico de Coyocacán por toxicidad en los pulmones. La atención ha corrido a cargo de las autoridades del Distrito Federal, informó Alfonso Hernández, padre del menor.