Mucho se ha hablado en las últimas fechas de la violencia contra las mujeres por ser éste un tema preocupante e indignante, pero poca atención se ha dado a la violencia que sufren los niños alrededor del mundo, la cual desafortunadamente es una realidad por mucho que desearíamos lo contrario.
Hoy sabemos que la violencia no son solamente golpes y maltratos físicos, la violencia también se ejerce por omisión al no brindar o asegurar la protección y los cuidados que un niño requiere.
Apenas el pasado 20 de Noviembre fue celebrado el aniversario número 20 de la Convención sobre los Derechos del Niño. Los países que están adheridos a dicha Convención, se comprometen a través de sus gobiernos a asegurar y a proteger los derechos de los niños, a través de una serie de normas y obligaciones que buscan proteger a los menores de edad, ya que a diferencia de los adultos, aquellos necesitan de cuidados especiales. Entre otras cosas, la convención busca proteger a los niños de abuso, violencia, tratos crueles y maltrato de todo tipo.
Si bien la Convención es un acuerdo hecho entre naciones, por lo que es el Estado quien se compromete a hacer cumplir dichos derechos, se ha hecho hincapié en que la responsabilidad principal de los niños es de los padres; es decir, el compromiso empieza en cada hogar. Y si atendemos a las cifras brindadas por la Organización Mundial de la Salud, la mayoría de muertes de niños entre 0 y 5 años de edad tienen alguna relación con la falta de cuidado o negligencia. Más aún, la alarma debería de estar al máximo si consideramos que las cifras de muertes que tienen como causa la violencia han estado escalando desproporcionadamente desde la década pasada.
Por último, dos preguntas tendrían que estar presentes en relación a la violencia contra la infancia: ¿Por qué la hemos tolerado hasta ahora y qué medidas tendremos que tomar para evitarla a toda costa?