La adolescencia es una etapa de cambios por la que todos al momento de pasar por ella, llegamos a sentirnos confundidos y perdidos en el abismo hormonal, es por esto que siempre se requiere de una persona en la que podamos confiar para platicar de nuestras inquietudes y sobre todo las dudas sexuales que puedan surgir, pues esta es una etapa conocida por el despertar de la libido que a tantos adultos pone incómodos por no saber cómo abordarla.
La vida sexual activa de la mayoría de los adolescentes empieza entre los 13 y los 15 años, edad a la que para muchas personas aún no se cuenta con la madurez necesaria para ejercerla de manera responsable, teniendo como principal consecuencia los embarazos no deseados. El tema de la interrupción legal del embarazo en adolescentes es para muchos algo que ni siquiera debería ser considerado, pues para muchos apasionados de la religión, representa una atrocidad y una violación del derecho a la vida.
Sin embargo más allá de espantarnos por la posibilidad de facilitar el aborto a las adolescentes debemos pensar en soluciones tangibles: darles una comunicación abierta, sin regaños ni prejuicios que en vez de condenar por sus decisiones a la joven, la ayuden a tomar una decisión con la que ella se sentirá cómoda; los regaños, los castigos y los juicios morales no la ayudan a tomar una decisión, sino a actuar de manera que a los demás les parezca mejor sin considerarse a sí misma, sus deseos y sus inquietudes dentro de la ecuación.
De entre los tipos de aborto que se ofrecen a quienes acuden a las clínicas, el más socorrido es el de las pastillas cytotec, pues ayuda a que el procedimiento no se sienta tan invasivo y así sea más fácil de superar en lo psicológico; pueden llevar a cabo el proceso en sus propias casas sin necesidad de exponerse a la opinión pública e incluso al maltrato del personal en las clínicas de salud, que tristemente sigue siendo algo muy común.
A pesar de que las leyes tratan de apoyar a los adolescentes, los prejuicios siguen siendo un obstáculo muy importante pues se pretende que tras embarazarse, la joven continúe con la gestación y a pesar de no estar lista para criar a un hijo, lo tenga y lo saque adelante, lo cual supone una merma emocional muy grave en la vida de la mujer.
