Más allá de las cuestiones estéticas se encuentran las funcionales. Si bien es muy complicado someter a un pequeño a una cirugia de nariz, en algunos casos es inevitable ya que algunos accidentes o malformaciones pueden ocasionar graves problemas respiratorios que pueden comprometer la salud del niño, pero ¿En qué casos es viable la rinoplastia en un niño?
Los rostros infantiles deben pasar por sus etapas de maduración y crecimiento que pueden ser afectados por una cirugía pues el crecimiento podría ser interferido. El tabique nasal es un centro secundario para el crecimiento del rostro, la mayoría de los cirujanos plasticos en DF indican que a los menores de 5 años no se les deben realizar cirugías a menos que la situación sea grave y lo amerite. Por ejemplo abscesos en el tabique, que pueden traer consecuencias desastrosas en el futuro, casos en los que se debe hacer una cirugía y reconstruir el tabique.
Muchos abscesos son producidos por golpes en la nariz causados por accidentes, pero también son frecuentes cuando cuando los niños se introducen lápices o juguetes entre las fosas nasales; sin embargo cuando los niños tienen un accidente en auto, al montar en bicicleta o en moto, el daño es mayor, ya que se puede romper tejidos y los problemas son más graves.
Se recomienda estar alerta ante las condiciones de salud de nuestros hijos; si el niño presenta problemas en su nariz porque respira mal y en las noches ronca hay que llevarlo con el médico pues los problemas de obstrucción nasal suelen producir inconvenientes en la práctica de deportes, además pueden afectar seriamente el desarrollo y crecimiento de la cara e incluso el rendimiento escolar.
Pese a que muchos médicos recomiendan esperar hasta que el niño sea adolescente para operarlo, si el problema de respiración es grave se puede realizar una cirugía correctiva a cualquier edad.
En algunos casos las malformaciones ocasionan un aspecto extraño a la nariz. Esto llega a ocasionarle conflictos al niño en edad escolar pues suelen presentarse trastornos en la interrelación con sus compañeros o amigos quienes suelen poner apodos o señalar los defectos y diferencias, por lo que estos niños suelen ver afectado su desarrollo psicológico y de personalidad. En estos casos los papás suelen buscar que ese defecto sea corregido, pero solo puede hacerse bajo la advertencia de que cuando el niño crezca, es posible que necesite una segunda cirugía.