No hay cosa más frustrante para una mamá que la falta de apetito en los niños. Algunos niños sorprenden a sus papás pues dejan de comer “de un día para otro” cuando solían tener un muy buen apetito. Esta pérdida del apetito en niños se da alrededor del primer año de vida y el segundo y lo recuperan hacia los cinco o siete años, a continuación hablaremos sobre esto, causas y consejos para que se alimenten sanamente.
Durante el primer año de vida, los bebés crecen y aumentan de peso más rápidamente que en ninguna otra etapa de su vida, de modo que todo lo que prueban les agrada y parecen no tener llenadera pues comen todo lo que sus papás les dan.
Sin embargo al llegar al primer año de edad muchos niños comienzan a dejar de comer debido a que buscan alcanzar su independencia, reconoce los alimentos que le gustan y los que no y también suele coincidir con la aparición y brote de los primeros dientes que pueden causarles molestias al masticar. A los tres años de edad, los niños buscan novedades al momento de consumir sus alimentos, son más curiosos y buscan reafirmar su identidad por medio de la alimentación, negándose a comer alimentos que no les agradan.
Los papás, son responsables de la elección de alimentos que se adquieren para despensa y de preparación del menú diario, sin embargo no son responsables de la cantidad de alimento que sus hijos ingieren pues a veces se le sirven platos grandes de alimento queriendo que se terminen lo del plato y si no lo hacen, se preocupan porque no quieren comer. El primer consejo es: no comparar la cantidad de comida que ingiere un niño con la de otros miembros de la familia: hermanos, padres, o con él mismo unos meses antes. Del mismo modo, debemos ser conscientes de que los padres no son responsables de cuándo tiene apetito el niño, cuándo queda satisfecho, o si le gusta la comida, para quitarse la frustración que causa el hecho de que un niño no quiera comer lo que con tanto amor se le prepara.
El segundo consejo viene relacionado con las porciones: estas deben servirse de acuerdo con el crecimiento del niño, principalmente cuando se trata de carnes, huevo y lácteos. Además del crecimiento debe tomarse en cuenta la edad y el peso del pequeño, esto suele darlo el pediatra del niño. Se aconseja acudir con el pediatra para que valore el peso y estatura del pequeño constantemente y si hay un caso de desnutrición evidente debido a la falta de apetito del niño o del exceso de este. Anteriormente se creía que los niños, entre más gorditos más sanos, ahora observamos que hay cada vez más casos de obesidad y diabetes infantil.
¿Qué hago cuando mi hijo rechaza los alimentos?
Presente a su pequeño los alimentos en varias ocasiones, algunos estudios revelan que después de 8 a 10 exposiciones los niños aceptan el alimento y lo aprueban después de unas 12. Si su pequeño comienza rechazando el brócoli, por ejemplo, no lo deseche de su menú, por el contrario cómase su brócoli dejando que el niño vea lo delicioso que a usted le sabe hasta que se anime a probarlo.
- Observe el momento del día en que está dispuesto a comer, no lo separe de sus juegos ni lo obligue a comer cuando no se encuentre dispuesto.
- Acompañe los alimentos nuevos con otros que ya conoce y ha aprobado.
- Ofrezca la comida sin forzar a nadie a comer, es decir, sirva la comida cuando todos o la mayoría de los miembros de su familia ya tienen hambre moderada.
- Sirva los alimentos en porciones pequeñas.
De la vista nace el amor…
La presentación de los alimentos es muy importante para la aceptación del niño, busque la forma de presentarle alimentos como verduras o frutas de forma que los pueda tomar con sus manos, actualmente se presentan recetas de cocina para niños sencillas y nutritivas en canales infantiles que pueden motivar a los niños a probar esos alimentos.
Mantenga una presentación sencilla en sus alimentos, no trate de darle a probar a sus hijos pequeños alimentos demasiado condimentados. Juegue con las texturas, colores y olores de los alimentos, para esto puede echar mano de las frutas y verduras que además de ser coloridas y sabrosas le darán los nutrientes que necesita su pequeño en esta edad.
Ayude al pequeño a cortar los alimentos del tamaño de un bocado a la vez y sirva su comida en porciones pequeñas para que la termine y pueda pedir más si lo desea y, por último trate de mantener cómodo al pequeño sentándolo en una silla donde pueda apoyar los pies y se mantenga a la altura de la mesa para no distraer su atención de lo que está comiendo.