Cuando tenemos bebés pequeños solemos mantenernos cerca de nuestro pediatra para estar al corriente en vacunas, una buena alimentación y hacemos todo a nuestro alcance para evitar que se enfermen. Sin embargo, aún existen muchos padecimientos poco conocidos y que no cuentan con vacunas preventivas; la enfermedad de manos pies y boca es uno de estos, a continuación hablaremos de este mal, qué es, cómo puede prevenirse y qué hacer cuando nuestro pequeño lo contrae.
La enfermedad de manos, pies y boca es una afección causada por varios tipos de virus, es altamente contagiosa, suele afectar a bebés y niños pequeños, principalmente menores de 5 años, pero puede contraerla personas de cualquier edad. El mal se caracteriza por la aparición de salpullido en la piel de las palmas de las manos, plantas de los pies y alrededor y dentro de la boca; estas manchas rojas planas también pueden salir en rodillas, codos y nalgas y suelen causar comezón intensa.
Cabe destacar que previo a la aparición de las ampollas, los niños suelen comenzar a experimentar fiebre, decaimiento, menos ganas de comer, ardor de garganta y malestar general. La enfermedad de manos, pies y boca suele confundirse con otros males en su etapa temprana debido a los síntomas iniciales, pero en esta enfermedad, al segundo día del comienzo de la fiebre aparecen las dolorosas llagas en la boca.
En países como Estados Unidos y México, la enfermedad de manos, pies y boca es más común entre las estaciones de primavera y otoño. El riesgo de infección suele ser más alto en pequeños que acuden a guarderías o estancias escolares debido al contacto con otros niños, pero con hábitos de higiene como el lavado frecuente de manos, disminuyen las probabilidades de contagio.
¿Cómo se contagia la enfermedad de manos, pies y boca?
Los virus que causan la enfermedad se puede encontrar en el líquido que secretan las ampollas, las secreciones de la nariz y garganta (saliva, moco, etc) y las heces fecales. Uno puede contagiarse al besar, abrazar, compartir tazas o cubiertos, o al cambiar pañales de niños infectados. Por esto es muy importante mantener una higiene constante cuando varios niños conviven juntos en un mismo lugar.
Los niños con la enfermedad de manos, pies y boca son más propensos a contagiar el mal durante la primera semana. Sin embargo, según el tipo de virus, pueden seguir contagiando durante semanas después de que los síntomas hayan desaparecido. Muchos adultos son contagiados por la enfermedad de manos, pies y boca y no manifestar ningún síntoma, sin embargo pueden propagar el virus a otros.
Generalmente la enfermedad de manos, pies y boca no es grave, el virus es habitualmente leve y la mayoría de los pacientes se recuperan en 7 a 10 días sin tratamiento médico.
Las complicaciones son poco frecuentes, y se relacionan más con las fiebres elevadas, como la meningitis viral, caracterizada por fiebre, dolor de cabeza, rigidez del cuello o dolor de espalda, y podría requerir algunos días de hospitalización.
El tratamiento de la enfermedad de manos, pies y boca no es específico, el médico es el único que puede prescribir un antiviral según crea conveniente para cada caso particular; la fiebre y el dolor pueden controlarse con medicamentos como ibuprofeno o paracetamol, o con remedios naturales tanto para la fiebre como para el alivio de la irritación causada por las ampollas.
Se recomienda además beber muchos líquidos para prevenir la deshidratación. Los niños con ampollas en la garganta no querrán ingerir alimentos sólidos muy secos o calientes, usted puede mitigar un poco las molestias con gelatinas, nieves de frutas naturales, etc.
Prevención
Si ya tiene un hijo con la enfermedad de manos, pies y boca, o se enteró de algún contagio en la escuelita, usted puede reducir el riesgo de contagio si:
- Se lava las manos con agua y jabón antibacterial durante 20 segundos, especialmente después de cambiar pañales
- Evita tocarse ojos, nariz y boca antes de lavarse las manos
- Evita el contagio directo: besos, abrazos, compartir cubiertos o tazas de personas infectadas
- Desinfecta frecuentemente las superficies que se tocan frecuentemente: manijas de puertas, juguetes, etc.