El sueño constituye una parte fundamental en la vida de los seres humanos; en el caso de los adultos la falta del mismo puede repercutir en el aprendizaje y la salud, ya que se vuelve más complicado además de que nos volvemos más irritables a la vez que afecta nuestra concentración para llevar a cabo nuestras labores diarias.
De la misma manera debemos recordar que en el caso de los niños, la falta de sueño puede repercutir en su crecimiento y a la larga provocar comportamientos como el aislamiento, angustia y otras actividades antisociales o agresivas; pero esto no es todo, sino que tanto en niños como en adultos la hora de dormir es fundamental ya que mientras dormimos muchas de las sustancias que se segregan también ayudan a reforzar nuestro sistema inmunológico.
A pesar de todo esto, es necesario recalcar que todos los humanos somos distintos, por lo que se necesita de observación en los pequeños para saber cuantas horas son las adecuadas para cada uno; si el niño no quiere o puede dormir existen varias alternativas que nos pueden ayudar a solucionarlo, como la práctica de actividad física moderada, ejercicios de relajación y respiración y una cena ligera. Durante sus horas de sueño, los niños restauran los procesos corporales, mientras que también asimilan lo que han vivido a lo largo del día, por lo que sirve también para su maduración física e intelectual.
Existen algunos casos en los que los niños son muy dormilones y por lo mismo les cuesta trabajo levantarse sobre todo si no les gusta separarse de los padres o ir a la escuela.
A continuación se dan algunas recomendaciones para que el despertar del niño no se vuelva un conflicto: en un principio se aconseja que se acaricie lentamente la cabeza del pequeño, de esta manera se sentirá confortado, ya que los gestos comunicacionales que se le transmitan lo harán sentirse más seguro. Una vez que abrió los ojos hay que motivarlo para que se levante, esto puede ser mediante la descripción de cosas hermosas que están afuera. Pero existen niños más difíciles que no quieren levantarse y harán lo posible por no hacerlo; en dicho caso se propone cargarlo y acariciarlo, así se sentirá relajado. Es necesario no forzarlos o despertarlos de manera súbita ya que puede repercutir en el humor de todo el día del pequeño, lo que hará que el desempeño en sus actividades diarias sea tímido.