¿Has oído hablar sobre los niños tiranos? También conocido como Síndrome del Emperador, son niños que suelen dominar y manipular psicológicamente a sus padres y cuidadores con conductas desagradables para “salirse con la suya”.
Características del niño tirano
Alrededor de los 6 años, se presentan los primeros signos de que tenemos en casa un niño o niña que nos manipula psicológicamente, sus comportamientos típicos son:
- Tristeza o enojo la mayor parte del tiempo.
- Sentimientos exagerados hacia sus cosas, no les gusta compartir nada con nadie.
- Utilizan gritos, rabietas o pataletas para conseguir lo que desean.
- Exigen la atención de quienes les rodean.
- No toleran la frustración ni aceptan un “no” por respuesta.
- Discuten o rechazan las normas de la casa.
- No reconocen ni aceptan figuras de autoridad, ni en casa ni en la escuela.
Los niños con estas conductas pueden presentar problemas al llegar a la adolescencia, pues pueden utilizar la violencia física o verbal para controlar, dominar y obtener lo que desean. Este tipo de conductas suelen surgir por crianzas demasiado permisivas, en las que no se marcan límites; son comunes en familias donde los padres no asumen el rol de educadores y lo desplazan a los abuelos u otros cuidadores.
Otros padres de familia evitan imponer normas o decirles “no” a sus hijos, dándoles todo lo que desean, lo que es común en padres muy jóvenes, en aquellos que se encuentran separados o en quienes ven poco a sus hijos y se sienten culpables. Sin embargo estas conductas pueden producir problemas en las familias como aislamiento social, gritos frecuentes entre los padres, entre muchos otros más.
¿Qué podemos hacer para corregir a estos niños?
- Pasar más tiempo de calidad con ellos: jugar con ellos, escucharlos, platicar con ellos, enseñarles a compartir.
- Imponer disciplina y respeto, con una base cariñosa donde el diálogo sea primordial.
- Establecer límites y normas respecto a las redes sociales, los amigos, tareas escolares, etc.
- No imponer castigos que no se cumplen, pero sí sancionar las conductas negativas.
- Dar responsabilidades a los niños: limpiar su habitación, pasear al perro, levantar los trastes de la mesa, etc.
- Evitar las etiquetas o mofas negativas como “malo”, “tonto”, etc.
- No sobreproteger a los niños; decirles que no a sus caprichos y enseñarles a trabajar por lo que desean, no los dañará.
Por último, una reflexión: Dile a tus hijos que son lo que quieres que sean, diles que son lo mejor y eso serán.