Adios pañal… ¡Ya soy grande!!

Escrito por Karla Rodríguez Escenaro -Psicoterapeuta Psicoanalítico  

Hay momentos en la educación de nuestros hijos que son cruciales, uno de ellos es el entrenamiento para el control de esfínteres.  Las peleas, los berrinches no se hacen esperar, y con todo esto la desesperación aparece, y una etapa que puede y debe ser disfrutable para ambas partes se convierte en un problema del cual se quiere escapar.

Cuando el proceso de dejar los pañales se convierte en una pelea, ocasiona problemas de relación entre los padres y los hijos.  No es fácil dejar los pañales y menos cuando han sido nuestros compañeros por algunos momentos de nuestra vida, nos proporcionan seguridad y confianza, y no sólo eso, en esta etapa se exige un cambio hacia algo desconocido, que de entrada el niño tiene que empezar a tenerle confianza y sentirse capaz de dominar eso a lo que se está enfrentando.

Es importante saber que el proceso se da cuando el niño ha alcanzado un nivel óptimo de madurez, tanto física como emocional.  Esto se da alrededor de los dos años de edad, hay que recordar que en cuestiones de desarrollo no hay tiempos rígidos, hay niños que lo logran hacer antes y hay otros que tardarán un poco más. Sin embargo el problema viene cuando esta etapa se vive con angustia, enojo y tensión por parte de ambos.  El niño no cede a avisar, y los padres esperan que esto suceda.

Hay momento en que esto se puede convertir en una verdadera tortura, el niño sentado horas en la bacinica sin hacer del baño y la madre esperando enojada que algo suceda. Es en este momento que se comienza una lucha entre padres e hijos.  No lo apresures ni te sientas enojada ante este tipo de situaciones o por algún momento en que tuvo un escape involuntario.  Hay que recordar que como todo aprendizaje, está sujeto a  aciertos y errores. Si lo acompañamos en cada uno de estos momentos, lo ayudaremos a alcanzar su meta en la forma mas rápida, segura y menos traumática.

El entrenamiento para el control de esfínteres debe ser un paso agradable y lleno de recompensas para ambas partes.
¿Cómo saber que está listo para empezar el entrenamiento? Como ya se mencionó se necesita un nivel adecuado de madurez para poder iniciar; algunos datos que podemos observar para saber si nuestro hijo está alcanzando ese nivel son:

  • Se levanta seco después de haber dormido la siesta
  • Comienza a avisar aunque en una primera fase sea después de haber descargado
  • Comienza a hacer diferencia entre seco y mojado
  • Insiste en ir a la bacinica
  • Puede mantenerse seco por lo menos cuatro horas
¿Cómo llevar a cabo este entrenamiento?

Primero habrá que empezar con el pañal de día, como todo aprendizaje necesita de explicaciones para saber cuáles son las reglas del juego y qué se espera de él. Entonces explícale que es la bacinica, para qué sirve, cuál es su lugar en la casa, no permitas que la lleve a todas las habitaciones, tenemos que empezar a crear un orden en él.  Los niños tienden a jugar en la bacinica, déjalo, así este elemento se vuelve cada vez más familiar.Cuando vuelva a hacerse en el pañal, será importante llevarlo a la bacinica para que del pañal se descarguen los contenidos dentro de ésta.  Esto va quedando en la mente del niño y haciendo sentido, ya que empieza a reconocer que esos contenidos van en ese lugar.Si avisa y logra tener una descarga en la bacinica, será importante reconocer el logro, un aplauso por parte de los padres, y la cara de satisfacción bastarán para que el niño reconozca que hizo algo que se esperaba de él.  Por otro lado, si no lo logra, será importante no mostrar desagrado o desvalorizarlo, hay que recordar que son momentos de aprendizaje y como tales, lleva tiempo dominarlos.Es importante no desesperarse, en el proceso puede haber avances y retrocesos, la vida emocional del niño está totalmente ligada a este momento, para ellos soltar y retener es un primer acto de control, tanto de su cuerpo, como del mundo, es entonces que buscarán mantener este control porque es algo nuevo en su vida.  Poco a poco, van dominando el esfínter pero también se va dominando el mundo, ya que a la par está el proceso de caminar bien y lograr una mejor comunicación.   Es así que puede suceder que si el niño ha alcanzado un punto en el desarrollo, éste retroceda por algún evento en particular, como la llegada de un hermano, un cambio de casa, el inicio de la guardería, etc.  Bajo estas circunstancias no hay que decepcionarse ni desesperarse, simplemente continuar con el proceso de entrenamiento, y ayudar al niño a sentirse más cómodo, ofreciendo seguridad ante el cambio.El pañal de noche se irá retirando cuando nos demos cuenta que pasa sus primeras noches sin mojar la cama o tener alguna descarga.

Hay que recordar que cada hijo es único, y su proceso será por lo tanto único, y es de suma importancia no comparar con otros niños o con hermanos, ya que esto va directamente hacia su autoestima, y al pasar de los años ese nudo que se formó, tarda tiempo en disolverse.

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