Aunque anteriormente se pensaba que era innecesario llevar a los niños al dentista hasta que ya empezaran a salirles los dientes permanentes, estudios más recientes han destacado la importancia de que los infantes cuenten con atención odontológica desde mucho antes, pues la dentición temporal también es propensa a sufrir daños y desaparecer antes de tiempo, pudiendo ocasionar problemas en el hueso de la encía.
Esta situación se debe, por lo general, a la presencia de caries en los llamados “dientes de leche”, pues se estima que alrededor de la cuarta parte de los niños en edad preescolar tienen alguna pieza dañada por este motivo.
La razón de ello se debe tanto a factores externos –comer demasiados dulces o tener una mala higiene bucodental al no saber cepillarse adecuadamente, por ejemplo—, como a otras circunstancias propias de los dientes primarios, como una menor mineralización del esmalte y una cámara pulpar (cavidad en la que se encuentra la raíz) más grande, lo que los hace más vulnerables a ser penetrados por agentes bacterianos.
¿Por qué es importante atender la dentición primaria?
Aunque la mayoría de la gente piense que no existe un verdadero problema cuando se cae un diente primario, puesto que posteriormente saldrán uno permanente, lo cierto es que la ausencia de una pieza puede durar algunos años dependiendo de la edad, su tipo y posición (incisivo central o lateral, colmillo inferior o superior, molar primero o segundo, etcétera).
Ante un panorama como este, es preciso saber que la ausencia de una pieza debilita el tono óseo de la encía, afecta a la digestión al no permitir masticar bien los alimentos, altera el correcto desarrollo del habla y, ligado a este último punto, puede incluso ocasionar traumas psicológicos si el niño se vuelve blanco de burlas al no poder comunicarse adecuadamente.
¿Qué se puede hacer al respecto?
Para evitar estos daños, lo mejor es llevar a los niños con el dentista una o dos veces al año para que se les haga un chequeo de rutina.
La oportuna detección de caries permite aplicar tratamientos como las carillas dentales e incluso prótesis temporales en caso de que sea mejor remover la pieza. Estas medidas permiten que la encía se mantenga sana y esté lista para cuando emerja la dentición permanente.
Por último, te recordamos que es importante verificar que la clínica dental a la que pienses llevar a tus hijos cuente con especialistas en odontología pediátrica, pues las características bucodentales de los pequeños son algo distintas que las que tenemos tú y yo.