La educación vial desde el preescolar es posible y necesaria

Fundamental como es para el desarrollo de la conciencia civil, es grave que la educación vial se entienda como una necesidad sólo hasta la adolescencia, coincidiendo con las primeras veces en que se toma el volante.

El problema radica en que un proceso que debiera comenzar en la infancia se postergue tanto tiempo y que ello fomente la idea de que la responsabilidad de lo que ocurre al transitar por la ciudad es exclusiva de los conductores.

El objetivo de la educación vial es fomentar la civilidad, lo que implica no sólo el conocimiento de las normas y señalamientos, sino el desarrollo de habilidades para una actuación informada respecto a lo que se debe o no hacer y la capacidad para la toma inteligente de decisiones en situaciones críticas.

Si tienes, por ejemplo, un pequeño de tres años en casa, lo más probable es que la idea de hacerle entender estos conceptos o incluso explicándoselos te parezca inverosímil o poco práctica.

Sin embargo, educar para la civilidad no se trata de obligar a tus hijos a escuchar una explicación que, de hecho, es probable que no alcancen a entender. Hay algunas prácticas sencillas que puedes implementar en este sentido y que resultarán en lecciones más efectivas que las muchas indicaciones que recibirán a lo largo de la vida. Algunas de ellas son las siguientes:

Enséñales jugando:

Jugar a los carritos, a la construcción de autopistas o que Barbie salga a dar un paseo en su coche puede ser la oportunidad perfecta para enseñar a tus hijos algunos aspectos básicos de las normas de circulación vial.

Fomenta los valores mientras conduces:

Evita maldecir cuando algo te moleste en el tráfico. En lugar de eso, explícales qué fue lo que te molestó, expón tus motivos de la manera más clara posible y no justifiques tus estallidos emocionales argumentando que el tráfico te transforma en otro (a).

Si radicas en México, procura los campamentos de educación vial para niños que organizan la Secretaría de Seguridad Pública y el DIF:

Estos cursos están diseñados para que los más pequeños aprendan de manera lúdica sobre el funcionamiento de los semáforos, el cruce y dirección de las calles, la circulación en general y el uso de los puentes peatonales, etc.

Pon el ejemplo:

No puedes esperar que tu hijo sea un conductor o viandante responsable si te ve cometer infracciones. Si en un momento enfrentas la disyuntiva de obedecer o no una regla de tránsito, o es inminente que te multen, lo mejor es apegarte a las reglas y asumir la responsabilidad.

Author: escritor

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