En Caracas, Venezuela el ex empresario Francisco Giffoni se encontró un día con un rompecabezas en forma triángulo de alambre, un juguete lleno de dificultades para resolver debido a las muchas aparentes soluciones, pero cuando solucionó el acertijo persistió el interés por el juguete así que decidió comprar material y crear sus propios juguetes.
A partir de ese día, Francisco y su esposa decidieron dedicarse a la fabricación de juguetes de lógica hechos con formas de alambre y abandonar el mundo empresarial. De modo que surge el taller “Lógica Lúdica” cuyo reto no es monetario sino didáctico y lúdico que se conserva refugiado en la artesanía.
En julio Giffoni participó en el “Encuentro de la lúdica en Caracas” como homenaje a Zobeida, la muñequera, este evento se realizó en la Plaza El Venezolano. Sobre su puesto había piezas y rompecabezas que los visitantes miraban, tocaban con gran interés por descubrir sus trucos, algunos impresionados por la creatividad de los juguetes.
Giffoni afirma que la lógica es parte fundamental de la vida. Cada persona elige enfrentar los retos de manera distinta, en general hay dos caminos: elegir el camino fácil o estresarse y elegir el camino más difícil. Él afirma que es uno de los que tiene la manía de tomar el camino difícil.
Mariela, esposa de Giffoni también se dedica a la creación de juguetes de lógica, su orgulloso esposo muestra una espada hecha de alambre, enredada en dos espirales, el reto de este juego es liberar la espada, pero cuando las personas se empeñan en usar la punta de la espada como guía, fracasan. Sin embargo el artesano gira la espada y pasa los espirales por el centro y la espada sale fácilmente de su encierro. Giffoni afirma que este juguete en particular le ha enseñad a ver cosas que antes no veía, a ver el universo y no quedarse mirando sólo una parte de él.
Giffoni ha confesado que dedica una gran parte de su tiempo a la investigación. Por ejemplo, saca un aro y una cadena para realizar un truco: suelta el aro entre la cadena y, antes de que caiga al suelo la cadena cobra vida y atrapa al aro. Este juego, que se creó en el Medioevo se fundamenta en la física y la psicología: “una ciencia exacta y una que no lo es, es lo que hace de este juego una maravilla”.
El artesano trabaja primordialmente con alambre, en su repertorio tiene unos 80 modelos de juguetes que van del grado 1 al 5 de dificultad para que puedan solucionarse en poco tiempo, algunos juguetes se parecen unos con otros, pero siempre busca innovar las formas y tamaños para no caer en la monotonía. Afirma que ahora están fusionando madera con alambre, cuerda y pedrería para que el juguete además de didáctico sea atractivo.
