El subsecretario de Educación Básica Fernando González anunció en una entrevista después de la presentación de «Conocimientos Fundamentales» de la UNAM que ha aumentado el consumo de drogas en los estudiantes de primaria y secundaria por lo que la SEP ha emitido una alerta a todas las escuelas para que presten mayor atención e este problema.
El subsecretario afirmó que las cifras de estudiantes que han probado alguna vez las drogas han aumentado a 400,000, siendo las edades de entre diez y quince años cuando prueban por primera vez las drogas. Aunque esta cifra abarca apenas en 2% de la matrícula de alumnos de estas edades, el problema va en aumento constante.
Este aumento a nivel nacional es de 1.8% pero en algunas escuelas se reporta un aumento del 14 al 18%, aunque el problema de drogadicción en adolescentes no es tan grave como en Estados Unidos no se debe dejar al margen pues se estima que cada año ha crecido cinco puntos porcentuales.
El subsecretario afirmó también que el tema de las drogas no es un tema que deba abordarse desde las cuestiones morales sino de salud pública, por lo tanto hay que hablarles a los adolescentes y niños sobre las drogas, sus efectos y el daño irreversible que pueden traer a nuestras vidas.
La educación antidrogas debe comenzar en casa, donde los papás deben implementar un ambiente de confianza para abordar temas delicados como éste. Los jóvenes necesitan sentirse seguros con su familia y que sepan que los apoyarán incondicionalmente.
Es por esto que la SEP ha cambiado el modelo educativo, desde hace dos años se llevan a cabo campañas de información en las que, además de hablar con los menores se incluye a los papás para pedirles protección y apoyo para los alumnos.
Recordemos que hay muchas razones por las que los niños deciden probar las drogas, algunas como el aburrimiento o el deseo de pertenecer a un grupo y tener amigos se puede compensar con la ayuda de los padres, con alternativas de entretenimiento como actividades desportivas, clases extra o paseos en los parques con sus padres o con otros adultos de los cuales se puedan influenciar de manera positiva para erradicar este mal en la mayor medida posible.