Por Bianca Manrique López Psicoanalista
La importancia de la presencia de los abuelos en las vidas de los nietos es enorme. En estos días en los que las demandas de la vida laboral hacen difícil que ambos padres pasen mucho tiempo con los hijos, lo anterior es aún más cierto. Se dice que para un niño los abuelos siguen muy de cerca a los padres en los escalones del afecto y qué mejor que alguien a quien se quiere tanto tenga una participación activa en su desarrollo. Pero, ¿qué funciones cumplen los abuelos que hacen que su presencia sea tan importante?
Hace tiempo le preguntaron a un niño de 8 años qué pensaba de los abuelos y esto es lo que respondió: “Todo el mundo debe buscarse unos abuelos, son las únicas personas grandes, que siempre están contentas de estar con nosotros” y esta afirmación está llena de verdad porque aunque es innegable que participan en la formación de los niños, no es sobre ellos sobre quien recae el compromiso de educarlos, sino en los padres. Así, los abuelos están más “libres” para relacionarse con los nietos y el tiempo que pasan con ellos es realmente para ellos. A la vez, para los nietos, la relación suele ser más relajada y cómoda que con sus padres, ya que a pesar de que sí son figuras de autoridad, suelen verles más como alguien en quien pueden confiar, que les permiten más que los padres y con quien pueden divertirse. De esta manera, el alimento afectivo que dan los abuelos resulta invaluable.
Ahora bien, para los padres pueden también ser un soporte muy importante, ya que acompañan en la crianza, ellos ya pasaron por eso y pueden dar útiles consejos y tener una mirada más objetiva ahora que no se trata de sus propios hijos. También ayudan cuidando de los nietos cuando es necesario, aunque es importante recalcar que los encargados de cuidar a los hijos son los padres y no los abuelos, ellos ya cuidaron de sus propios hijos y ahora les toca disfrutar de sus nietos.
Por otra parte, los abuelos son la base de la historia personal de los nietos y representan de alguna manera el pasado, pero no el pasado caduco, sino el pasado vivo, el pasado presente. Son los transmisores de las tradiciones familiares y dan a conocer sus raíces lo que ayuda a que los niños se sientan orgullosos y seguros al desarrollar un sentimiento de pertenencia.
Así mismo, por su largo camino andado, los abuelos tienen muchísimo que contar y a los nietos les encanta escucharlos. Es de este modo que comparten su experiencia, a la vez que participan en la formación en valores, tan importante para el óptimo desarrollo de un niño. Y ya pasados los años, cuando los niños crecen, suelen ser un refugio cuando hay conflictos con los padres por quienes muchas veces se sienten incomprendidos. Así, confidentes, amigos, consejeros, maestros, compañeros de juegos, resguardo, cómplices, etc.; las funciones de los abuelos son múltiples y de gran valor.
Pero no sólo para los nietos es una relación benéfica, para los abuelos también es enriquecedor. Al estar cerca de sus nietos y relacionarse con ellos tienen una participación más activa dentro de la familia, lo que les ayuda a mantenerse jóvenes y dinámicos. El amor de y por los nietos es definitivamente una inyección de energía.
Por todo lo anterior, asegúrate de que tus hijos tengan esta oportunidad, la oportunidad de que haya abuelos en sus vidas. Si bien cada historia es diferente, hay abuelos que trabajan o que ya están jubilados, los que viven cerca o a gran distancia, los juguetones o los más estrictos, pero lo importante es que puedan establecer un vínculo con sus nietos. Recuerda que la relación con los abuelos es en un inicio fomentada por los padres y para ello hay que procurar que los vean con frecuencia, hablarles de ellos, compartir historias de nosotros con nuestros propios padres, permitirles que pasen tiempo a solas para conocerse mejor y acercarse y transmitirles nuestro amor por ellos y la convicción de que su presencia en nuestras vidas es muy importante.