Escrito por: Mariel Hernández Maldonado
Es importante saber que cuando nuestros hijos empiezan a ir a la guardería, inevitablemente empezarán a enfermarse más seguido que cuando solo estaban con nosotros en casa, pues el contacto constante con otros niños y sus enfermedades los llevarán a padecer una y otra vez, esto de cierta manera los hace más fuertes y crea defensas, pero todos los padres y madres sabemos lo terrible que es tener a un hijo enfermo en casa.
Cuidar a nuestros hijos empieza desde el momento en que nos aseguramos de darles alimentos que realmente los nutran y no comida chatarra disfrazada de nutriente, así también el mantenerlos limpios, sanos y amados es parte fundamental de la salud integral de nuestros hijos. Con el objetivo de apoyar a las mujeres que por diferentes circunstancias deben llevar a sus hijos a guarderías, en Guadalajara se ha pedido a todos los padres de familia que eviten llevar a sus hijos cuando tienen enfermedades que pueden parecer menores como vómito o diarrea, esta medida busca evitar cadenas de contagio que una vez que empiezan es bastante difícil detenerlas, más en escuelas grandes.
Verónica Orozco Sotelo, experta del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) aseguró que la diarrea, vómito y fiebre en menores de cinco años siempre deben alertar a los padres, pues dichos síntomas pueden estar hablando de patologías respiratorias o gastrointestinales muy contagiosas. Para tener el control sobre la salud de los hijos, es importante no solo mantener una buena observación de sus signos vitales, sino saber que cosas como flujo nasal abundante amarillo o verde, más evacuaciones de las normales dependiendo de la edad y fiebre son algo que debería animarlas a llevar a sus bebés al doctor.
Otro punto muy importante es el de considerar lo mucho que afectan las enfermedades largas y constantes en el desarrollo de un niño de esa edad, pues es el momento en que más descanso y nutrientes necesitan y al estar enfermos de gripe o diarrea no logran aprovechar ni los alimentos ni el sueño como deberían, provocando secuelas que tal vez en el presente no alcancemos a notar pero que con el paso de los años se manifiestan.
En todas las guarderías debe haber una persona que sepa y se encargue con paciencia y todo el cuidado que merece, las dolencias de los niños pues muchos llegan de edades demasiado cortas para expresar con palabras lo que les duele.
