Trastornos del crecimiento en niños

Si, es verdad, el mexicano es por genética de baja o mediana estatura. Determinar cuándo un niño es de talla baja es un poco difícil pues hay que tomar en cuenta aspectos como edad, sexo y antecedentes familiares. En este artículo hablaremos sobre los trastornos del crecimiento y la talla baja en los niños.

El primer punto a tomar en cuenta cuando hablamos de trastornos del crecimiento y para determinar si un niño es realmente de talla baja es la estandarización de acuerdo a su edad, es decir la tabla de crecimiento que nos presentan los pediatras con el peso y estatura de nuestros pequeños cuando los llevamos a consulta. Con estos datos se hace una comparación de acuerdo a la edad y sexo del pequeño con el objetivo de conocer si la talla es la adecuada para éste.

El segundo punto a considerar es la talla de los padres, esto nos permite conocer el potencial de crecimiento familiar o genético o talla diana (TD) permite hacer una aproximación a la talla que alcanzarán los hijos de una pareja en función de los genes heredados por ambos. En niños varones se calcula la TD sumando la talla del padre + la talla de la madre + 13 y el resultado se divide entre 2; en niñas se calcula sumando ambas tallas pero restando 13 al resultado para dividir posteriormente entre 2.  Este cálculo tiene una dispersión aproximada de 5 cm.

 El tercer punto en determinar trastornos del crecimiento es el ritmo de maduración biológica, aquí encontramos dos sub puntos: la edad ósea y el desarrollo sexual. La edad ósea se refiere al nivel de madurez y crecimiento alcanzado por lo huesos, se puede valorar por medio de una radiografía de la muñeca izquierda que es comparada con los datos referenciales y nos ayuda a determinar cuál será la talla final. El desarrollo sexual nos auxilia en conjunto con la edad ósea a definir la talla final pues al conocer la edad en que la madre tuvo la menarquía (primera menstruación) y la edad en que el padre empezó a cambiar de voz se puede predecir la edad en que los hijos pasarán por los mismos procesos de la pubertad.

El momento en que un niño alcanza la pubertad es determinante para su crecimiento pues nos indica que sus huesos ya han alcanzado su maduración, por lo tanto ya no es probable que crezcan más de 5 cm.

El último punto a conciderar cuando hablamos de trastornos del crecimiento es la velocidad de crecimiento. Este es un dato de suma importancia pues los papás lo pueden observar desde sus casas sin tener que realizar estudios de laboratorio. Cuando los pequeños son bebés crecen de forma muy rápida, a partir de los tres años de edad los niños crecen aproximadamente entre 4 y 6 cm en un año. Si la velocidad de crecimiento de un niño es inferior, es necesario llevarlo a revisión sin demora para poder tomar medidas a tiempo, antes de que la maduración ósea se complete.

La talla baja cuando no es de origen genético se asocia a trastornos del crecimiento como displasias esqueléticas, trastornos del desarrollo intrauterino y anormalidades cromosómicas, sin embargo se asocian también a factores como una mala alimentación, enfermedades crónicas como insuficiencia renal y a enfermedades endocrinológicas como hipotiroidismo o síndrome de Cushing.

Para un tratamiento adecuado para los trastornos del crecimiento es primordial un diagnóstico a tiempo que permita definir la patología por la que el niño no está creciendo normalmente para su edad, peso y sexo para que el pediatra pueda realizar un pronóstico de talla final y lleve un registro de crecimiento  constante. Como siempre, no está de más recomendar a los papás implementar una alimentación balanceada en conjunto con actividades físicas constantes pues está comprobado que una buena alimentación y ejercicio físico son la clave para el crecimiento de los niños.

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