Intentar medicar a un niño contra cualquier enfermedad es una tarea prácticamente imposible, pues rara vez los medicamentos son amigables con el paladar. En el caso de los niños que sufren padecimientos como la epilepsia para los que se necesita medicación por un largo período de tiempo (en ocasiones de por vida) no solamente hay que tomar los medicamentos con mal sabor, sino que tienen que hacerlo de rutina, lo que es para ellos mucho más molesto.
También los padres se ven en un predicamento pues muchos de los medicamentos para contrarrestar los ataques cambian (según los mismos padres) la personalidad de los niños volviéndolos personas ausentes y distantes. Otro gran problema de las medicinas para controlar las crisis epilépticas es la resistencia pues no a todos les funcionan, llevándolos a buscar alternativas como el implante de un estimulador del nervio vago (ENV).
Este aparato similar a un marcapasos se instala en el tórax y cuello del paciente ayudando a que este nervio extenso y conectado con diferentes estructuras del sistema nervioso central reciba una serie de descargas eléctricas en determinados períodos de tiempo (dependiendo del tiempo que el paciente tenga con el aparato instalado en su cuerpo) reduciendo los episodios epilépticos hasta en un 50%.
Después de instalado el ENV se somete al paciente a una electromiografia para comprobar el funcionamiento y respuesta de sus músculos ante los impulsos; se recomienda que el estudio se lleve a cabo antes y después de la intervención para poder equiparar los avances.
Esta alternativa (VNS por sus siglas en inglés) cada vez gana mayor terreno a otro tipo de tratamientos gracias a su efectividad para todo tipo de epilepsias, pues se puede usar para las focales y las generalizadas; sirve para adultos y para niños y después de instalado el aparato se entrega un imán al paciente y a los familiares para que puedan tener el control sobre las estimulaciones, tanto el ritmo como la intensidad, esto es muy útil en el caso de que el paciente sienta que viene un ataque.
En lo general no se han detectado efectos secundarios; hay quienes han llegado a presentar hormigueo en el cuello, tos o sensación de falta de aire, pero desaparecen con el paso del tiempo.
Ningún dispositivo como celulares o microondas interfieren con la acción del dispositivo, sin embargo se deben evitar resonancias magnéticas de cuello. Se puede utilizar en ultrasonidos y con marcapasos sin problemas.