Los bebés recién nacidos son muy frágiles y necesitan que les brindemos todos los cuidados que sean posibles para que se mantengan sanos y fuertes. Una de las cosas más importantes que los doctores siempre nos recuerdan es mantenerlos bien abrigados, de manera que ninguna corriente de aire o cambio de temperatura los afecte y así evitemos enfermedades. Hoy hablaremos de algunas buenas técnicas para mantener perfectamente abrigados a nuestro recién nacido.
Es bien sabido que la temperatura corporal de los bebés es algo que ellos no pueden controlar, por lo que tener siempre trapitos abrigadores y no muy vaporosos a la mano es algo que toda madre debe contemplar tener en su pañalera.
- Tener ropa cómoda para quitar y poner rápido y sin dejarlos muy descubiertos a la hora de hacerlo, es recomendable. Para los niños recién nacidos se recomienda que tengan encima una o dos prendas extra de las que se les pone a los niños más grandes, por ejemplo, traer siempre un body, una camisetita, un suéter o chamarrita y su pantalón además de sus calcetas para evitar que se enfríen sus pies y cobijitas para bebé, que tienen telas especiales.
- En tiempos de frío siempre es recomendable ponerles a los bebés playeritas con cuello de tortuga y mangas largas, así como que toda su ropita tenga botones en la entrepierna para poder cambiarle el pañal sin tener que desvestirlo.
- Ser prevenida siempre es algo bueno. Puede ser que cuando vayamos a salir, el clima esté despejado y caluroso, pero en cualquier momento puede cambiar, así que se recomienda siempre llevar algunas prenditas extra como pantaloncitos, suéteres, gorros para bebé y una cobija que cubra bien el cuerpo del bebé y que sea acolchada para que no tengamos que llevar tres cobijas delgadas y hacer mucho espacio.
- Es necesario aprender a leer a nuestro bebé. Muchas mamás piensan que si ellas tienen frío, sus bebés tienen frío y viceversa, pero no se dan cuenta de que trasladar sus sensaciones al bebé puede salir caro. Cuando un bebé tiene frío generalmente el hipo se activa, por lo que debemos ponerles una prenda un poquito más caliente. Cuando el bebé tiene calor, empiezan a sudar, se ponen rojos y muy molestos, por lo que debemos observar detenidamente a nuestro bebé; de igual manera es importante saber que si tenemos muy cubierto a nuestro bebé y suda, no es recomendable soplarle o descobijarlo de golpe, lo mejor es descobijarlo poco a poco para que no sufra un cambio brusco de temperatura.