Muchas mujeres que no padecen de diabetes pueden contraerla en el embarazo; a este fenómeno se le denomina “diabetes gestacional”; alrededor del 5% de las embarazadas pueden padecerla.
Al igual que los demás tipos de diabetes, esta se caracteriza por la incapacidad de manejar correctamente la glucosa (la cual se transforma en energía) por lo que la insulina es deficiente y por lo tanto el páncreas. Este padecimiento tiene como una de sus principales características acumularse en la sangre de la mujer y si no se atiende puede afectar tanto a la madre como al feto. Entre los peligros que trae el no atender esta enfermedad se encuentra tener bebés grandes, lo que puede traer como consecuencia que el niño tenga elevados niveles de glucosa en la sangre, por lo que se convertirá en grasa; el tamaño grande del bebé puede provocar también trauma fetal; también puede provocar ictericia que es un tono amarillo en la piel asociado con la bilis en el tormento sanguíneo y presión alta. Existen algunos elementos que pueden ayudar a saber si la mujer padece esta enfermedad y entre los riesgos de sufrirlo se encuentra: ser mayor de 25 años, tener sobrepeso antes del embarazo, tener antecedentes familiares de diabetes, tener mucho líquido amniótico: estos padecimientos se pueden encontrar con un estudio que se debe realizar entre la semana 24 y 28 del embarazo y la manera en la que los médicos se pueden dar cuenta de que existe esta enfermedad es a través del análisis del contenido de azúcar en la sangre de la mujer, pero también existe un tratamiento para poder controlarlo a través de la dieta y el ejercicio; esta dieta dependerá del peso de la mujer y de las necesidades calóricas, aunque la mayoría de las veces son bajas en grasas y proteínas pero altas en carbohidratos así como en frutas y vegetales; el ejercicio también dependerá de la etapa del embarazo y del peso y necesidades de cada paciente, pero se recomienda bastante ejercicio cardiovascular; con una dieta balanceada y los ejercicios correctos alrededor de la cuarta semana los niveles de glucosa estarán óptimos; pero esta enfermedad también se puede prevenir mediante la realización regular de deportes, además de cuidar el peso en el embarazo, así como evitando hidratos de carbono de rápida absorción entre los que se encuentran: bombones, caramelos, chocolate, chantillí, dulces de leche, helados, mermeladas, miel, aunque si está permitido consumir panes, pastas, arroz, papa y legumbres.