El tratamiento para el labio leporino depende en gran medida de la severidad de la malformación. Generalmente se requiere la atención de un equipo de cirujanos craneofaciales durante los primeros años y el tratamiento puede durar toda la vida.
Algunos tratamientos para el labio leporino duran hasta los 12 años de edad cuando terminaron de salir los dientes permanentes para evitar múltiples cirugías durante los años de desarrollo. Sin embargo puede haber problemas con el lenguaje que son más difíciles de corregir a esta edad.
Las cirugías para el labio leporino consisten en injertos de piel para completar los labios fisurados entre los 2 y 3 primeros meses de vida, aunque la mayoría de los cirujanos prefiere realizar la cirugía a los 10 días de haber nacido el pequeño. En el caso de que haya una hendidura bilateral y extensa se realizan dos cirugías, la segunda varias semanas después de la primera para que los músculos que aprietan el labio superior puedan restaurarse completamente con una cicatriz menos visible.
Para el paladar hendido, suele utilizarse un obturados palatal, es decir una prótesis hecha para encajar en el paladar y cubrir el hueco. También puede realizarse una cirugía entre los 6 y 12 meses de edad.
Sin embargo, en el tratamiento de labio leporino y paladar hendido generalmente se recomienda una combinación de métodos quirúrgicos y cirugías repetidas a menudo para el crecimiento normal del pequeño.
Uno de los métodos más recientes para tratar el labio leporino es el dispositivo Latham que se inserta quirúrgicamente con el uso de alfileres durante el cuarto mes de vida. Diariamente se le da vuelta a un tornillo del dispositivo para estirar el tejido y juntar los bordes de la hendidura para reparar labio y paladar al mismo tiempo. Si la hendidura se encuentra extendida por el canto alveolar del maxilar puede rellenarse con tejido de hueso obtenido de la barbilla, costilla o cadera del mismo paciente.