Circular por las calles en un automovil en hora pico, con el calor acumulado del sol y de los automóviles, con prisas y desesperado porque la fila en la que uno se acaba de meter es una escena de pesadilla en la que nadie quisiera encontrarse y, a pesar de ello, es lo cotidiano. Ahora imagínese la misma situación pero con niños ruidosos en el coche.
Visto de esta manera, es comprensible que uno se desentienda de ellos mientras juegan en el asiento de atrás, sin embargo, es importante recordar siempre que se deben tomar ciertas medidas de seguridad en el coche, pues los accidentes sólo están esperando la oportunidad de aprovecharse de nuestros descuidos para aparecer.
Muchas de las medidas de seguridad que existen en este sentido no son tanto recomendaciones como obligaciones marcadas por el reglamento de tránsito. Una de ellas es que los niños pequeños no deben ir sentados en el asiento del copiloto ni siquiera aunque tengan puesto el cinturón de seguridad. Esta medida es extensiva a los padres o madres que tengan niños en brazos; ellos también deben ir en el asiento trasero.
Esta restricción está pensada también para evitar la práctica irresponsable de ponerse a los niños en las piernas mientras se conduce, a la que tantos padres son aficionados. Lo cierto es que hace veinte o treinta años no existía el caos urbano en las proporciones en que existe hoy, por lo que una costumbre como la que se menciona se ha vuelto mucho más peligrosa que divertida.
Otra exigencia de la autoridad es que los menores vayan sentados y con el cinturón de seguridad bien colocado. Esta puede ser una práctica difícil de lograr ya que los niños son muy activos y suelen ser ajenos a las presiones del padre que va conduciendo. Mientras uno trata de llegar a su destino, los pequeños están atrás metiendo ruido y buscando formas de entretenerse. Con todo, hay que procurar que ellos se mantengan bien sentados durante el viaje.
En el caso de los bebés, hay que asegurarse de que la silla para el coche cuenta con los dispositivos para asegurarla con los cinturones; de otra manera, se vuelve inefectiva. También hay que procurar poner el seguro a las puertas para que sólo puedan abrirse desde afuera para evitar una desgracia a altas velocidades.
Finalmente, hay que evitar que las ventanas traseras vayan abiertas, así como guardar los juguetes que puedan ser causa de un accidente, bien porque los niños los arrojen a la calle o a otros automóviles, o bien porque puedan provocar una distracción en la persona que va manejando.